Ferris Hills

Ferrís, donde los gigantes no llegan

29 marzo, 2014

Aquí podéis encontrar un artículo escrito por Pepa Murcia Vela acerca de Ferrís y lo que siente por este lugar. Publicado www.diarioinformacion.com

Palmeras, arbustos, matorrales y pinos que consigue mantener en perfectas condiciones la familia propietaria de esta finca, para poder ser la imagen de Torrevieja. Todos necesitamos respirar, buscar descanso, un rincón donde estar con nosotros mismos. Para ello, nuestro primer paso tiene que ser dejar atrás el bullicio en el que nos envuelve la vida diaria.

No es una novedad el rápido crecimiento que ha tenido Torrevieja, ya que los que la visitan, vuelven y los que viven, no la abandonan. Destino turístico favorito de muchos, contando tanto con público nacional como internacional; estos que llenan las playas en los meses de apogeo. Un orgullo para todos sus vecinos y sobre todo para aquellos que consideramos que parte de nosotros pertenece a este lugar. Cada año el mar lucha por hacerse un hueco entre gigantes de hormigón que roban la arena a sus playas, como ocurrió hace siete años en la finca La Manguilla de La Mata, con nocturnidad y alevosía. Viviendas unifamiliares, apartamentos costeros, urbanizaciones, bungalows, que se creen protagonistas del paisaje torrevejense. Se vende bien y se alquila mejor, incluso en esta época escalofriante el cartel de «completo» se cuelga en la entrada de la ciudad durante los meses de verano.

Pero existe un respiro al que todavía no ha llegado el urbanismo. Un respiro que te deja descansar libre de contaminaciones y del ajetreo, alejándote del entorno agobiante que normalmente acompaña a Torrevieja en los meses de verano. Es conocida la maldición torrevejense: «Quiera Dios que te veas un viernes de agosto a las 2 de la tarde en el mercadillo».

Este lugar está a escasos 3 kilómetros del centro urbano, se encuentra entre las urbanizaciones de Mar Azul y de Rocío del Mar, es el palmeral de la finca Ferrís, que lleva formando parte del paisaje torrevejense desde antes que ésta ciudad fuera ni tan siquiera pueblo. Verde por fin, pero verde del que no caduca, del que resiste al viento de levante y al trato a veces poco adecuado de sus invitados que, aparte de ensuciar el entorno con residuos de todo tipo, en ocasiones, se permiten hacer fuego para barbacoas y botellones festivos, además de asentamientos ilegales. 

Palmeras, arbustos, matorrales y pinos que consigue mantener en perfectas condiciones la familia propietaria de esta finca, para poder ser la imagen de Torrevieja en infinidad de postales, carteles y videos, como el presentado en la edición de Fitur 2014. Como un oasis en el desierto urbano aparece el espacio Ferrís, presentando la cara más natural de la costa, a pesar de ser obra del hombre en el siglo XIX. Solo tus pies podrán llevarte allí, sería un ataque hacerlo motorizado ya que se han puesto los medios, por parte de la propiedad, para que esto no ocurra, contribuyendo a ello las patrullas de la Guardia Civil. Las leyes aquí son pocas, solo el respeto a lo que te rodea; así podrás aprovechar las ventajas de la naturaleza: sol claro, agua limpia, temperatura del agua del mar agradable, sombras naturales y calma, mucha calma, que nos permitirá recuperarnos después de un duro trabajo.

Esto que buscamos todos lo descubrió, hace más de un siglo, una familia que justo buscaba eso, respirar el mar sin que este olor a sal se vea manipulado por otros más urbanos; sin más techo que las estrellas y sin más manta que la arena fina de esta playa. Es aquí donde esta familia tiene sus raíces, detrás de los pinos, en un otero desde el que se ve el mar y la laguna, existe una casa que le roba el nombre al espacio. Ferrís es la residencia de esta familia que, más que ninguna busca la paz, el sentimiento y los recuerdos de un entorno que vio nacer y crecer a muchos de los suyos.

Ahí la familia Murcia disfruta de un entorno privilegiado, cuidado y creado por abuelos y padres, que hoy permite que pueda ser disfrutado por hijos y nietos. Pero esta joya no es prohibida, ni exclusiva. El esfuerzo de la familia por la conservación centenaria del espacio se ve recompensado con el disfrute de vecinos y turistas que buscan encontrar un paisaje mejor en el Mediterráneo. Por favor, ayuden a conservarlo con su buen uso, jamás con el abuso.”